El programa «Adopta un abuelo» se cuela por tercer año consecutivo en nuestra residencia de mayores. Este proyecto, que surgió hace años de la mano de Alberto Cabanes, acerca a jóvenes de entre 18 y 25 años a los residentes que conviven en este Hogar.
El proceso es el siguiente: se asignan 2 estudiantes a cada uno de los mayores que participan en el programa (ya que obviamente no todos cumplen ciertas características), siendo cada uno de esta manera «su abuelo adoptivo», y a la inversa, sus «nietos adoptivos».
El objetivo de esta interacción es principalmente pasar un buen rato juntos hablando e intercambiando información, es decir, acercar a los jóvenes a la realidad que se vivía hace 70 y 80 años en nuestras calles y plazas. De igual manera, al mayor se le explica la realidad de estos muchachos y de la sociedad actual en la que vivimos y que tan lejos de ellos queda a veces.
Los jóvenes se comprometen a acudir como mínimo una vez en semana y pueden desarrollar cualquier actividad con el residente, como pro ejemplo pasear por dentro o por fuera del recinto de la residencia, ver una película juntos, charlar animadamente en la cafetería, quedarse en la habitación viendo imágenes antiguas o cundiendo a la sala de informática a explicarles quién es ese tal Google…
El programa dura un curso escolar, es decir, aproximadamente de octubre a mayo, y se respeta el tiempo en el que los jóvenes tienen mayor carga de estudios, exámenes o trabajo, durante el cual no acuden al Hogar.
La experiencia nos dice que la relación que se crea es especial; los residentes terminan teniendo fotos de sus «nietos adoptivos» en las habitaciones y éstos terminan llenos de historias y refranes para aplicar en su día a día.
En definitiva, este enlace crea unos vínculos intergeneracionales eternos, que duran más allá de uno o dos años y que vencen sin duda a palabras tan duras como «soledad», «aislamiento» o «monotonía».
Aquí podéis ver el vídeo que Canal Sur realizó con motivo de esta experiencia: