Abrazos como éste declaran el amor que se respira en nuestra residencia. En este caso, los abrazos eran dedicados a Hanna, una voluntaria alemana que nos ha acompañado durante una temporada y que ha sabido ganarnos el corazón.
Todos hemos sentido mucho su marcha aunque seguiremos en contacto con ella. Y, por supuesto, las puertas de nuestra casa siempre estarán abierto para ella. ¡Te esperamos pronto, Hanna!