En 2040, España será el país con mayor esperanza de vida del mundo. Pensar en el futuro de los ancianos suele llevar a anticipar problemas en la Seguridad Social. Sin embargo, ¿cómo se preparan las urbes para ese momento? ¿Merecerá la pena haber llegado a viejo?
En este artículo se afirma: «Hace años que este blog defiende que la convivencia con los viejos y los niños es caballo ganador. Las mejores ciudades son las que piensan en estos dos grupos sociales. Idear las ciudades pensando en la tranquilidad y seguridad que necesitan ancianos y niños mejora la vida de todos los ciudadanos».
Y se fijan en un ejemplo concreto: el de Turó de la Rovira, uno de los tres cerros que miran hacia Barcelona.